viernes, marzo 28, 2008

Para un gato lejano

La luna se ve redonda y brillante.
Un GAto y la MAga la contemplan sin tocarse, sin mirarse a los ojos, desde diferentes puntos de la tierra. En una lejana época, en que la hierba crecía en el círculo del cuento, se sentaron juntos a beber una taza de cafe, a fumar un cigarrillo silencioso, a prometerse día tras día alegres promesas, sabiendo que el tiempo no estaba de su lado.
Una cancioncilla sonaba en sus cabezas mientras se pensaban
unos al otro; algo sobre fresas y un campo y forever.
El camino la llamó y el último abrazo fue parco.
LA voz de ella una noche le buscó en la oscuridad y él levantó sus ojos a la luna. Ella le lloró su dolor, le dio a guardar gemas rotas de una perdida enorme.
Háblame dijo él
Oyeme dijo ella.
El GAto llevó las piedrecillas al centro del círculo y cavó para dejarlas muy lejos de la distraída MAga, a veces olvida que puede dejarlo todo abandonado en cualquier lugar.
Mi querido GAto lejano y tus silencios, las promesas sin cumplir y las conversaciones en voz baja son la otra forma de cariño entre dos solitarios. La lejanía es el campo donde crecen nuestras flores.

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