jueves, septiembre 01, 2005

Aquel viejo sentimiento


Al pensar en tí lo único que siento es piedad por esa parte de mí que alguna vez te amó, por esa mujer que te quiso tanto, que lloraba lagrimas ardientes en la oscura intimidad de su habitación, aquella mujer que de tanto amor llegó a odiarte salvaje y asesinamente; esa mujer le suplicó a Dios la amaras. Y no sabes cuantas veces quise consolarla diciéndole que no valías uno de sus suspiros; no encontrando otra salida fui y toqué a tu puerta. Al verte sonreí pensando en ella y sentí compasión pero también alegría porque se secó las lágrimas, te abrázó, te besó y te tuvo para ella por una efimeridad, y no sintió nada; después se río, se sintió tonta, te dejó ir y desapareció con el alivio de que todo su sufrimiento por tí había sido en vano.

1 comentario:

aus dijo...

Ocurre frecuentemente que uno se queda amando el recuerdo, la construcción que hemos hecho del otro; cuando vemos al modelo que dio origen a nuestra creación, sólo nos queda sonreír y pensar que el nuestro es mejor...